Efectivamente las plantas solares no funcionan ordinariamente de noche, sin embargo, los impresionantes avances registrados en tecnologías de almacenamiento y el descenso de costes están haciendo cada vez más frecuente su vinculación a energías renovables intermitentes, de forma que sea posible almacenar la energía cuando hay viento y sol, aunque no exista demanda, y luego suministrarla cuando lo requiera el usuario, aunque sea por la noche o en ausencia de viento.
Por otra parte, la complementariedad entre las diversas tecnologías renovables es una de sus principales virtudes, de forma que exista una tecnología adecuada para cada entorno y cada circunstancia, y son perfectamente combinables entre sí para diseñar la solución más adecuada en cada caso.